Tomar decisiones es una actividad que realizamos los seres humanos diariamente, en muchos casos de manera no consciente.

Existen situaciones ("problemas") que demandan atención mínima, por lo que decidimos de manera rápida sin profundizar en el proceso; sin embargo, en otras ocasiones, la decisión no es trivial.

Cuando el problema y la decisión asociada implica consecuencias importantes, el proceso para tomar la decisión puede requerir una mayor conciencia en la ejecución del mismo.

En términos generales, ocho pasos pueden ser necesarios para tomar una buena decisión:

1. Reconocer el problema y hacerse cargo de él. 2. Recabar datos e información. 3. Analizar datos y separar hechos de suposiciones. 4. Diagnosticar y, de ser necesario, redefinir el problema. 5. Buscar alternativas de solución. 6. Evaluar y pronosticar resultados. 7. Tomar la decisión. 8. Dar a conocer la decisión y realizar lo decidido.